HISTORIAS REALES

Nicolás Peralta - SAN

RÉQUIEM EN EL CUADRILÁTERO

Por Virginia Peralta – Gestora Cultural
 
En la Argentina conmemoramos efemérides basadas en fechas póstumas y tomamos al tango como patrimonio nacional a pesar que Enrique Santos Discépolo lo definiera como “un pensamiento triste que se baila”… Somos así, puro drama.
 
Muchos dicen que la mirada trágica que tenemos sobre la vida, se debe a que la Argentina se localiza en “el fin del mundo”, al sur “paredón y después”… Sin embargo, y como atenuante, nuestros dramas no son meras desdichas universales; las nuestras son ÉPICAS.
 
En un país donde el fútbol es rey y sus triunfos son celebrados no sólo en las canchas sino también en el obelisco bonaerense y en el Patio Olmos cordobés, los demás deportes, como el boxeo, vienen a ser como los peones del juego de ajedrez, aunque debo reconocer que el box tuvo su propio “minuto de fama” en una época en que estuvo plagada de ídolos nacionales muy bien posicionados a nivel mundial y como profesionales. El boxeo profesional es una cosa, pero el amateur es otra, sin embargo es el comienzo de todo.
 
El 14 de septiembre de 1923“en una época en que las funciones de boxeo estaban proscriptas y se practicaba sólo de forma amateur, Firpo se presentó en Estados Unidos, visibilizó el deporte en América Latina y dio pie a que en nuestro país se permitiera la práctica legal de la disciplina” (El Cronista, 2022), sin embargo Ángel Firpo perdió. Un Dempsey poderoso que lo esperaba en Nueva York, anunciando que “era la oportunidad que le brindaba a un sudamericano de ganarle su título”, casi sin darse cuenta, convirtió al argentino en el primer pugilista en llegar a esta instancia.
 
Firpo perdió en una pelea épica al borde del knock-out (nocaut) pero automáticamente en el país, se convirtió en un héroe y en su homenaje se dio origen al Día del Boxeador Argentino valorando esta fecha.
 
Mi papá también fue boxeador, algo que aprendí de grande, porque son cosas que no se hablan cotidianamente. Peleó en algunas provincias argentinas y en Chile y Perú, donde se fue a vivir un tiempo, después que el peronismo le impidiera trabajar en telecomunicaciones, (su especialidad) por ser afiliado radical. Pero Nicolás Eusebio Peralta, como se llamaba, era un tango… extrañaba su país y volvió. A su regreso decidió montar un gimnasio de box para reclutar aquellos jóvenes vulnerables que deseaban darle golpes a la vida y ganarle en un cuadrilátero. Así lo hizo en su tierra, Deán Funes; en Totoral y en Jesús María. Puso en marcha un sueño…
 
Artículo Viento Norte - Nuestra deuda con Nico - SAN
 
Varios años sucedieron antes de llegar al final de su recorrido. Murió el 11 de mayo de 2002. Ese final llegó implacable, inesperado y repentino. Educó, entrenó, ayudó y soñó junto a sus pupilos, que fueron como los hijos varones que nunca tuvo. Antes de su sepultura, el municipio de su terruño, Deán Funes, estaba desmantelando el gimnasio y el cuadrilátero de sus sueños, distribuyendo a cuatro manos esas escasas pertenencias con el apuro de los que no saben valorar pero tienen poder. Nada quedó de aquel espacio de contención y deporte; nadie se acordó de él.
 
Nicolás Peralta y pupilos - SAN
 
Un día, me enteré que estaban homenajeando, en el Día del Boxeador, a personas de Deán Funes omitiendo a Nicolás Peralta. Yo vivía en Córdoba, y desde allá, decidí dar batalla poniendo en valor su gesta. Increpé al promotor de los homenajes, critiqué la selección de personas consultadas, me negué a aceptar excusas y me sentí liberada. No me pidan imparcialidad, había ganado por nocaut la pelea del reconocimiento de mi padre. Muchos se ofendieron, se dieron por maltratados por mi vehemencia, otros ya no me dirigen la palabra, lo cierto es que puse en perspectiva lo que considero es de valor: toda persona que hace por otros y para otros.
 
Seguramente mi padre hubiera estado en disconformidad por mi reclamo porque era de esas personas que no buscaban reconocimiento. Seguramente hubiéramos discutido como siempre lo hacíamos porque en muchas cosas no coincidíamos, sin embargo de algo estoy segura, entre ambos, había un punto de inflexión, un punto donde sí nos encontrábamos y podíamos descubrir que éramos “de tal palo, tal astilla”. Ese punto era escribiendo.
 
“Es que descubrí que aunque pega duro en el box (porque es boxeador), es capaz de lagrimear con sentimientos al escribir su biografía” (La Calesita, 2000), así le escribí en el Día del Padre en una publicación de pueblo.
 
Veintitrés años después, vuelvo a escribir sobre él pero ahora en virtualidad. El mundo ha cambiado mucho desde su partida. La proximidad del día en que Firpo le dio una dura batalla a Dempsey, mi teclado vuelve a activarse. Es que hoy más que nunca andamos huérfanos de epopeyas, y buscando entre los rincones resabios de ejemplos de luchas y tangos que nos inspiren. Me detengo un rato y miro para un lado y veo un merendero; para el otro, una ONG, y más allá un profe que enseña gratis dando apoyo escolar… Vaya si tendremos ejemplos de “boxeadores de la vida” en la Argentina del “sur, paredón y después”, esa Argentina que no es sólo un mapa como territorio sino un cuadrilátero donde su gente, gladiadores de batallas sinfín, siguen en combate por una vida esperanzada.
 
Hoy mi réquiem es para Nicolás Peralta como uno más de esos argentinos que aún proliferan siendo boxeadores o no, de un ring que elegimos como tierra propia, y en el que, el verdadero sentido lo encontramos en el saber que “con otros, somos nosotros”.
 
Nicolás Peralta en el ring - SAN
 
El 14 de septiembre se conmemora el Día del Boxeador Argentino, y en Deán Funes, en pleno norte cordobés, conmemoramos a los que ya no están, como Guillermo López, como Nicolás Peralta y como una lista interminable de púgiles que escribieron la historia local. Deán Funes es nuestro terruño donde no sólo el fútbol puede considerarse rey. En sus venas históricas corren fluidos que nos incitan a transitar memorias, escritas por gente común, donde nuestros ojos se posicionan mirando SIEMPRE AL NORTE (SAN) como brújula que monitorea emociones… Nuestras Emociones…
 
 
14-09-2023
 
 
 
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Pintor Martín Santiago 336
Córdoba - Argentina